martes, 4 de agosto de 2020

MARTA LÓPEZ SANTOS

Hola, muy buenas noches. Hoy en CONFESIONES tenemos un caso especial, se trata de Lazarillo, un joven que por causa de su hambre hizo lo posible por alimentarse y vean, vean cómo lo hizo. 

-Hola, Lázaro, cuéntanos. 

-Hola, quiero decir mi confesión ya que yo no le quería hacer daño a mi amo. 

-Explícanos cómo lo hacías. 

-Cuando tenía mucha sed, como ese ciego no se enteraba, yo bebía del jarro de vino. Pero el notó que faltaba vino. Como sospechaba de mí, tapaba el jarro de tal forma que yo no podía beber pero, sin que él se diera cuenta, le hice un agujero, y cuando llegó la oportunidad de beber, yo me había colocado entre sus piernas, al lado del fuego, así me pondría acostado y podría beber. 
Pero mi amo me la estaba guardando ya que, de tanto que manoseó el jarro, encontró el agujero. 
Cuando yo estaba plácidamente bebiendo, el ciego dio un manotazo y dejó caer el jarro en mi cara, rompiéndomela y quitándome todos los dientes de golpe. Por eso estoy aquí, para pedir perdón, y no me importa que me haya hecho daño, me lo merecía. Lo siento, amo.

Autora: Marta López Santos. 3º E.S.O. Curso 1994-1995

No hay comentarios:

Publicar un comentario